De generación en generación: mi historia con la quiropráctica y la salud natural

¿Sabías que en mi familia la quiropráctica no es una profesión… sino casi una tradición genética? 😅 Mi abuelo fue quiropráctico, mis padres también, y claro… yo terminé siguiendo el mismo camino. Y si preguntas por mis hermanos, ¡pues imagínate! En casa, todo giraba alrededor de la salud natural y los cuidados sin medicamentos.

🌱 Creciendo diferente

Cuando era pequeño, mientras a mis amigos les daban medicinas al mínimo resfriado, en mi casa la historia era otra:

• Nada de jarabes ni antibióticos.
• Mucha nutrición, vitaminas y, por supuesto, ajustes quiroprácticos.

👂 La infección de oído que me cambió la visión

Recuerdo claramente que tenía unos 14 años cuando me dio una infección de oído bien fuerte, después de haber estado varios días en la piscina. El dolor era intenso, tanto que llamé a mi mamá para pedirle “algún medicamento” (como si yo supiera lo que era exactamente).

¿Y su respuesta? 🙃
“Tómate unas vitaminas y ponte un imán.”

En ese momento pensé seriamente que mis papás estaban perdiendo la cordura. Pero para sorpresa mía, ¡funcionó!

Lo curioso es que mi amigo, que también se había enfermado en la misma piscina, fue tratado con medicamentos. Sí se le alivió al principio, pero terminó sufriendo de manera recurrente el mismo dolor de oído. En mi caso, han pasado casi 30 años desde aquel episodio… y nunca más he vuelto a tener ese problema.

🔑 La enseñanza

Esa experiencia me marcó. Aprendí que el cuerpo tiene un poder increíble de sanar cuando se le da lo que necesita: nutrición, descanso y apoyo natural. Esa filosofía me ha acompañado desde niño y es la misma que hoy comparto con cada paciente.

Porque la quiropráctica, junto con la buena nutrición y el cuidado integral, no solo es mi profesión… es literalmente mi historia de vida.